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Es mejor ser rey de tu silencio que esclavo de tus palabras.

Rey de mi silencio.

No me he retirado ni mucho menos. Mi ausencia tanto de redes sociales como de mi sitio web ha sido extensa, pero fue por una muy buena razón. He estado en un proceso profundo de renovación creativa. Como diseñador (sobre todo en la ciudad de Antofagasta), creo en la necesidad de recargar las baterías para volver más fuerte y resiliente. Pero eso tampoco significa que no trabajé, de hecho, hubo muchísimo quehacer.

Este tiempo fuera del escenario público me permitió encontrar nueva inspiración, amistades, colaboraciones, mucha exploración y evolución personal y profesional. Me sumergí gran parte del 2023 en proyectos personales, de los que muy orgullosamente puedo decir que funcionaron de maravilla y otros no tanto.

El año pasado tuvo de todo y mientras más bajo perfil me mantuve, más ofertas interesantes recibí. Me convertí en rey de mi silencio.

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“Es mejor ser rey de tu silencio que esclavo de tus palabras”.

William Shakespeare

Esclavo nunca.

Filtro y límites.

En ese orden, 2023 fue un año que me hizo filtrar a mi círculo cercano y también el profesional. Pero no solo comencé a filtrar en esos aspectos, también a mis clientes. Y es que para un diseñador es fácil aceptar de todo cuando está necesitado de lucas. Pero si algo me enseñó la vida, es que no vale la pena degradarse por plata.

Hoy filtro y pongo límites a mis clientes, para garantizar que los procesos de diseño sean satisfactorios para ambas partes. No acepto todo lo que toca mi puerta, y los que entran saben lo que hago y lo que no, desde el minuto uno.

Esa filosofía me ayudó a fidelizar más aun a clientes y colegas que trabajan conmigo desde hace años, así como también me ayudó a que los nuevos clientes que voy conociendo sepan cómo soy y cómo es mi trabajo. Y así, entre proyectos y aprendizajes, pasó el 2023.

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Proyectos 2023.

Nuevas empresas, logros y colaboraciones.

Desde el inicio del año cerré los primeros dos contratos con grandes empresas que me ayudaron a tener un buen pasar, una de ella fue Ferrocarril Antofagasta (FCAB) y Antofagasta Minerals. Luego de eso empezaron a llover ofertas de otras empresas, pero no era capaz de asumir todo, y tampoco quería. Así que exploré la delegación de responsabilidades a profesionales de mi confianza. También colaboré con viejos amigos en varios proyectos. Todo esto me permitió seguir dando atención a lo que realmente quería hacer.

Pero una de las cosas más interesantes del primer semestre, fue haber co-fundado Andes Aerospace. Una empresa de diseño y desarrollo de tecnología aeroespacial, junto a Sebasthian Ogalde, que es astronauta análogo. Este proyecto alzó vuelo (literal) muy rápido y nos vimos cerrando nuestra primera venta, y encima internacional, en el primer semestre. Colaborar con Sebasthian y los otros 7 miembros del equipo que se sumaron fue increíble y me abrió el horizonte a nuevos mercados.

También co-fundé la empresa Logar, un estudio de arquitectura y diseño, junto a Bárbara S. Muñoz, una arquitecta increíble. Con esta empresa levantamos varias clínicas dentales y centros médicos en edificios hermosos de la ciudad y expandimos nuestra cartera de clientes en el nicho de la salud rápidamente gracias al buen trabajo conjunto.

También intenté dar vida a la marca Pancromo, pero no resultó del todo bien y decidí dejarlo para el futuro. La idea era tener una marca que se dedicara al estudio del color y poder asesorar empresas y profesionales en el área de la colorimetría y espectrofotometría.

Otros grandes sucesos, fueron mi tercera nominación al premio A’ Design Award & Competition, mi charla TED de la cual escribiré otro artículo pronto, la publicación de mi paper y posterior presentación en el 74th International Astronautical Congress (Baku, Azerbaijan), sobre el diseño de interfaz digital de Astro Casco.

Y finalmente, la gestación del proyecto Comunidad Creativa, que aun no tiene nombre de marca, pero momentáneamente le llamo así. Estoy seguro de que este proyecto será hermoso y que podré ayudar a muchos a través de él.

Cierre del año y comienzo del nuevo.

Aprendizajes al final del ciclo.

No es necesario agradar a todos. No es necesario matarse trabajando si lo haces de forma inteligente. La colaboración es poderosa. El dinero no es la meta, es solo una herramienta. No todo lo que emprendemos será exitoso.

Y por último, que ausencia no significa inactividad. De hecho a veces es mejor trabajar callado y no alardear. La frase que más me repitió mi mamá en la infancia fue la que repito varias veces en este artículo y es el perfecto resumen del 2023. Nos vemos pronto.

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